
Desde la más estricta independencia, Dorian ha logrado ser una de las bandas de referencia de la actual escena musical española. Las claves: un sonido personal a caballo entre la new wave y la electrónica, y unas letras crudas y sinceras que interpelan directamente al oyente, poniendo el foco, a menudo, en las partes más espinosas del alma y la experiencia humanas.
Suele decirse que las canciones de Dorian están hechas para bailar la melancolía, y lo cierto es que sentimientos tan aparentemente contrapuestos como la euforia y el desasosiego han atravesado la música del cuarteto barcelonés desde sus inicios.
Canciones como Cualquier otra parte o La tormenta de arena pusieron a la generación 2.0 de habla hispana a bailar, llegando a acumular decenas de millones de reproducciones en streaming en numerosos países. Posteriormente, la banda demostró que también es capaz de firmar sofisticados medios tiempos, lanzando singles tan efectivos y celebrados como El temblor Los amigos que perdí o Arrecife. Ahora, regresan con Justicia universal, un álbum directo y contundente que nos devuelve a los Dorian más bailables, electrónicos y, por momentos, oscuros.